Pablo Gil y el arte de operar en mercados difíciles

En una de sus sesiones de simulación más intensas y didácticas, Pablo Gil —uno de los analistas técnicos más reconocidos del panorama financiero en español— dejó claro que no siempre se trata de acertar, sino de operar con coherencia. Frente a un mercado sin rumbo, como el Eurolibra atrapado en un rango desde 2016, la clave no está en adivinar, sino en interpretar.

Durante la sesión, Gil llevó a su audiencia por un ejercicio que puso a prueba tanto la técnica como la psicología del trader. Lo que en principio parecía una estructura de hombro-cabeza-hombro invertido, se desvanecía en cuanto el precio fallaba en romper resistencias relevantes. En su lugar, aparecían patrones triangulares, soportes frágiles y falsas rupturas. Y, sin embargo, el objetivo no era ganar cada operación, sino aprender cómo actuar ante la incertidumbre.

Uno de los mensajes más contundentes de Pablo Gil fue este: “Si repites una estrategia fallida una y otra vez, dejas de operar con método y pasas a justificar tus errores.”

Durante la práctica, se lanzaron operaciones largas y cortas, se ajustaron stops dinámicamente y se discutieron escenarios con la comunidad. En todo momento, Gil insistía en algo esencial: “No se trata de tener razón, sino de proteger el capital y adaptarse al entorno”. Así, cada ajuste en los niveles de stop loss o cada decisión de esperar sin entrar, tenía un propósito: mantener el control.

El Eurolibra, como activo protagonista, fue el ejemplo perfecto de cómo una operativa tendencial puede fallar en un entorno lateral. Gil recordó que “los rangos laterales exigen indicadores más ágiles como el estocástico y más atención a las bandas extremas que a las rupturas técnicas”. Lo importante, decía, es que el trader sepa identificar en qué entorno se está moviendo para ajustar la estrategia.

A lo largo de la sesión, hubo aciertos, errores y stops saltando. Pero también una lección constante: lo que diferencia al trader profesional del amateur no es cuántas veces acierta, sino cómo se comporta cuando se equivoca. Y Pablo Gil lo volvió a demostrar con su enfoque quirúrgico y su capacidad para explicar lo complejo con claridad.