First Republic Bank experimentó una caída del 21,30% en las operaciones previas a la apertura del mercado tras la publicación de los resultados del primer trimestre en los que se informó de una disminución de los depósitos en más de 100.000 millones de dólares. Además, se reveló que la compañía estaba explorando opciones, incluyendo la reestructuración de su balance. Esta situación ha despertado preocupación en el sector bancario, recordando a los inversores que aún existen riesgos materiales.

El prestamista, con sede en San Francisco, tiene previsto reducir su balance y gastos recortando la remuneración de los ejecutivos, reduciendo el espacio de oficinas, y despidiendo entre el 20% y el 25% de los empleados en el segundo trimestre. Además, planea aumentar sus depósitos asegurados y reducir los préstamos del Banco de la Reserva Federal. La empresa también está explorando opciones estratégicas para ayudar a acelerar el progreso en el fortalecimiento del banco, aunque no se han dado detalles concretos.

La disminución de los depósitos eclipsó los beneficios que superaron las expectativas de la atribulada empresa, apuntalada el mes pasado gracias a los depósitos de gigantes bancarios estadounidenses tras la quiebra de dos prestamistas regionales. Los depósitos cayeron a 104.470 millones de dólares en el primer trimestre, frente a los 176.430 millones del cuarto, a pesar de que el prestamista obtuvo un salvavidas de 30.000 millones de dólares en depósitos combinados de pesos pesados de la banca estadounidense, como Bank of America Corp (BAC.N), Citigroup Inc (C.N), JPMorgan Chase & Co (JPM.N) y Wells Fargo & Co (WFC.N).

Aunque los depósitos empezaron a estabilizarse a finales de marzo y se han mantenido estables hasta el 21 de abril, la situación es crítica para el banco, que ha perdido la confianza de los inversores y se enfrenta a un difícil camino para reanimar su fortuna. First Republic había atraído a clientes de alto poder adquisitivo con tipos preferentes en hipotecas y préstamos, lo que la hizo más vulnerable que los prestamistas regionales con clientes menos pudientes.

La cartera de préstamos e inversiones de First Republic también se ha visto afectada por la subida de los tipos de interés. Las opciones del banco son limitadas a la hora de vender activos, y desprenderse de la rama hipotecaria probablemente generaría pérdidas, mientras que la venta de la unidad de gestión de patrimonios supondría deshacerse de uno de sus negocios más lucrativos. La gestión de patrimonios es una de las partes más fuertes del banco que quedan, por lo que probablemente serían cautos a la hora de venderla.

En resumen, la situación de First Republic Bank es delicada y el mercado está preocupado por su capacidad para recuperarse en un contexto de incertidumbre económica. La entidad se encuentra en una posición difícil para captar nuevo capital y sus opciones de deshacerse de activos son limitadas. La falta de confianza de los inversores y el declive en los depósitos son factores que complican la situación del banco, que tendrá que tomar medidas drásticas para recuperarse.

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