El uranio se posiciona como activo estratégico en EE.UU.

Los futuros del uranio en Estados Unidos han retrocedido ligeramente hasta los 70 dólares por libra tras tocar máximos de cuatro meses en los 72 dólares. Nos encontramos ante un mercado en plena transformación, empujado por decisiones políticas, tensiones geopolíticas y una revolución energética en curso.

Por un lado, Washington ha puesto en marcha un programa millonario de 2.700 millones de dólares para reforzar la producción doméstica de uranio y el proceso de enriquecimiento. Esta inversión busca reducir la dependencia de proveedores extranjeros, especialmente tras la retirada gradual de las importaciones rusas. Con este movimiento, se pretende garantizar la seguridad energética del país y preparar el terreno para un futuro más autónomo.

Sin embargo, este empuje institucional no elimina todos los cuellos de botella. Las importaciones desde países clave como Canadá y Kazajistán están en el aire, con incertidumbre sobre posibles gravámenes que podrían alterar los precios y la oferta. Esta ambigüedad mantiene al mercado en tensión, porque la capacidad nacional aún está lejos de cubrir toda la demanda prevista.

Y aquí es donde entra el factor más disruptivo: la aceleración del uso de energía nuclear como soporte para la infraestructura tecnológica. El nuevo impulso normativo promovido por la administración Trump, que incluye la eliminación de trabas regulatorias y la agilización de licencias para reactores, está diseñado para incentivar el uso de energía nuclear en sectores como los centros de datos, donde el consumo energético se dispara.

Esta combinación de apoyo institucional, restricciones geopolíticas y transición tecnológica está dando nueva vida al mercado del uranio. Y no es casualidad que los precios se mantengan cerca de máximos recientes: los inversores ya están anticipando una posible explosión de demanda si estas medidas logran materializarse con fuerza.

El uranio ya no es solo un recurso para centrales eléctricas: es un activo estratégico con implicaciones directas en el futuro energético y digital del planeta. Y cuando el mercado detecta una narrativa de largo plazo… los movimientos no se hacen esperar.

¿Cómo invertir en este boom del uranio?

Para quienes buscan aprovechar esta tendencia, en IG es posible operar en el mercado del uranio de forma sencilla y diversificada, sin necesidad de adquirir el mineral físico. Una de las formas más accesibles es a través de ETFs especializados como URNJ, URNM, URND o NUCL, que agrupan a las principales compañías del sector. Además, también se puede invertir directamente en empresas mineras de uranio o en compañías tecnológicas con exposición al desarrollo nuclear. Esta es una puerta de entrada clara para cualquier inversor que quiera posicionarse ante un cambio estructural en el modelo energético global.