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Las opciones/productos cotizados son instrumentos financieros complejos. El trading de estos instrumentos está asociado a un riesgo elevado de perder dinero rápidamente. Las opciones/productos cotizados son instrumentos financieros complejos. El trading de estos instrumentos está asociado a un riesgo elevado de perder dinero rápidamente.

¿Cuándo tocará fondo el mercado de valores y cuándo volverá a recuperarse?

Aprende todo lo que necesitas saber sobre el potencial de recuperación de las bolsas en 2021: qué podemos aprender de crisis anteriores, por qué la crisis del coronavirus es única y algunos indicadores clave a tener en cuenta.

La crisis del coronavirus: la historia hasta ahora

La crisis del coronavirus del 2020 pasará a la historia. De un máximo histórico de 3380 en febrero, el S&P 500 cayó más del 30 % en solo 23 días. El Dow Jones, el FTSE 100 y otros índices tuvieron pérdidas similares durante ese período.

caídas de índices

Los índices han recuperado parte de sus pérdidas desde entonces, e incluso el S&P ha superado de nuevo los 2900 puntos. La confianza de los inversores parece estar volviendo pero, ¿estamos en el ojo de la tormenta? ¿Cuándo podríamos ver una recuperación total?

Hay cuatro aspectos que se deben tener en cuenta al predecir hacia dónde se dirigen las acciones a partir de aquí:

Veamos cada uno de ellos en más detalle.

¿Cuánto tiempo suelen tardar las bolsas en recuperarse de las caídas?

Hay innumerables variables en juego en una caída del mercado de valores, lo que dificulta el análisis en su conjunto y complica cualquier intento de calcular un tiempo «normal» para una recuperación. Es necesario examinar los factores individuales en juego en cada caso.

Tomemos como ejemplo la Gran Depresión: se llevó por delante el 86,2% del valor del mercado de valores en 1929, lo que hizo que se tardaran nada menos que 6249 días (algo más de 17 años) en alcanzar un nuevo máximo otra vez. No obstante, ese período de 17 años también incluye la Segunda guerra mundial, lo hace que el panorama sea confuso. Y en aquel entonces, el valor de las divisas estaba todavía vinculado al precio del oro (el dólar estadounidense abandonó el patrón oro en 1933), lo que dificultó la recuperación.

Por lo tanto, aplicar las lecciones del colapso de Wall Street a otras tendencias bajistas presenta problemas. ¿Pero qué ocurre si ampliamos el conjunto de datos para incluir todas las ocasiones en que el S&P 500 ha caído más del 20% en los últimos 65 años?

Representación gráfica de las crisis del S&P

El S&P 500 ha caído más de un 20% en nueve ocasiones desde su creación en 1957. Al representar el tamaño de esas caídas en relación con el tiempo que tardaron los mercados en recuperarse, aparece un patrón aproximado: el S&P parece recuperarse con mayor rapidez después de crisis más pequeñas, mientras que las más grandes causan daños duraderos.

¿Cuándo se recuperará el mercado de valores?

Sin embargo, también podemos ver que las dos crisis más recientes, las de 2001 y 2008, no parecen ajustarse a este patrón. La última crisis que sí lo hace se remonta a 1987. Entonces, ¿la tendencia se mantendrá hoy en día?

Puede suceder que los ciclos de recuperación de las crisis se hayan acortado con el tiempo, particularmente para las caídas más grandes. En la siguiente tabla se muestran las tasas de recuperación relativas de las cuatro crisis que restaron al menos un 40% del valor del S&P 500:

Año Pérdida máxima Días que se tardó en volver a los máximos históricos Recuperación por día
1929* 86% 6249 0,01%
1973 48% 2423 0,0198%
2001 49% 2269 0,0216%
2008 57% 1702 0,03%

Como podemos ver, cada recuperación ha sido más rápida que la anterior. El S&P se recuperó tres veces más rápido de su caída en 2008 que en 1929, y un 50% más rápido que en 1973.

¿Crecen los mercados más rápidamente después de una crisis?

Según Index Fund Investor, el S&P 500 ha crecido un poco menos del 10% anual de media desde su creación. Después de sus nueve crisis, parece haberse recuperado a un ritmo mucho más rápido.

Nuestro estudio muestra que el S&P 500 crece alrededor de un 20% por año de media después de las crisis, hasta que alcanza un nuevo récord. Ha crecido más de un 10% al año después de todas sus crisis, excepto dos de ellas, las de 1973 y 2001. Estas se llevaron por delante el 48% y el 49% del S&P respectivamente, lo que añade más peso a la teoría de que las crisis más grandes frenan más el crecimiento.

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¿Cuánto tiempo podrían tardar las bolsas en recuperarse ahora?

Predecir cuánto tiempo tardarán las acciones en recuperarse de una crisis es difícil, pero en este caso concreto es particularmente complicado.

Esto se debe en parte a que el evento está aún demasiado próximo para evaluarlo adecuadamente; por el momento, ni siquiera podemos estar seguros de que el mercado bajista haya llegado a su fin. También se debe a que hay características que hacen que esta crisis sea totalmente única.

Sin embargo, hay tres enfoques que pueden arrojar algo de luz sobre la crisis actual: aplicar los modelos comentados anteriormente, comparar la crisis del covid-19 con otras y examinar qué hace que esta crisis sea diferente.

Aplicar modelos a la crisis del covid-19

La forma más simple de predecir cuánto puede durar la actual tendencia bajista es tomar nuestra tasa de crecimiento promedio del 10% para el S&P 500 y aplicarla a la pérdida sufrida en 2020 hasta ahora. En estos momentos, es de poco menos de un 35%, lo que supondría una recuperación de tres años y medio.

Sin embargo, ya hemos visto que a la mayoría de las crisis les sigue un crecimiento más rápido, sobre todo cuando el S&P cae menos del 40%. Si se aplica nuestro modelo de la tabla de arriba, la recuperación tardaría entre 645 y 741 días.

Recuperación S&P 500

No obstante, para ello tenemos que suponer que ahora estamos en el fondo de la crisis del covid-19. Y las pruebas de anteriores mercados bajistas sugieren que esta vez, quizá no sea así.

Comparar la crisis del covid-19 con otras crisis

Por ejemplo, en la crisis financiera global (GFC por sus siglas en inglés), dos meses después de la caída inicial, el S&P ni se acercaba aún a tocar fondo. Los mercados comenzaron a caer en octubre de 2007, pero no tocaron fondo hasta febrero de 2009. En este punto de la crisis, nadie sabía lo malas que iban a ser las consecuencias.

Los síntomas de la GFC eran muy diferentes a los de la crisis actual, pero hay similitudes entre ellas. Ambas, por ejemplo, llegaron al final de largas tendencias alcistas. En 2007, el S&P llevaba casi cinco años registrando un crecimiento impresionante. Este año, vimos el final de un mercado alcista que batió récords y duró una década.

Si la crisis del covid-19 acaba siendo tan destructiva como la GFC, entonces es demasiado pronto para empezar a pensar en una posible recuperación.

Si, por otro lado, las acciones se recuperan sin otra caída, el año 2020 puede terminar siendo más similar a la crisis del lunes negro de 1987. Es la única crisis que se acerca a igualarla en términos de velocidad y gravedad.

En 1987, el S&P cayó un 28% en 15 días desde el 2 de octubre. Tocó fondo unos dos meses después.

Si la crisis del covid-19 ha tocado fondo, paralelamente, llegó a ese punto en poco más de un mes, después de caer alrededor de un 33%. Si su recuperación se desarrolla de manera similar a la de 1987, podemos ver que el S&P 500 alcanzó otro pico en unos 650 días. Esta recuperación es ligeramente más rápida de lo que nuestro modelo sugiere.

¿Es esta crisis demasiado única para compararla?

Algunos analistas cuestionan la validez de utilizar crisis anteriores para evaluar las actuales o futuras. Después de todo, las circunstancias únicas que acompañan a cada una de ellas tienen un impacto significativo en la rapidez con que caen los mercados y en cómo se recuperan después.
La crisis del covid-19, por ejemplo, también ha venido acompañada por una de las peores caídas del precio del petróleo de todos los tiempos. Las variables que rodean esta caída del petróleo, incluyendo una guerra de precios entre algunos de los mayores proveedores del mundo, hacen que la situación en 2020 sea única.

La velocidad de la crisis del coronavirus también la caracteriza como algo nuevo. Los índices pasaron de máximos históricos a un mercado bajista a una velocidad récord. En 1987, la crisis más parecida a esta en cuanto a velocidad, el S&P 500 ya había retrocedido ligeramente desde su pico antes de que comenzaran las turbulencias reales. En 2020, la volatilidad casi se disparó de la noche a la mañana.

Pero lo que realmente diferencia a la crisis del covid-19 es que su causa principal fue externa y no financiera. Todas las demás crisis fueron causadas por problemas de mercado de origen antiguo que llegaron a un punto crítico, ya sea la sobrecompra de acciones tecnológicas o las hipotecas de alto riesgo a precios erróneos.

La crisis de 2020, sin embargo, la causó una pandemia. La economía mundial nunca había vivido una situación como esta, con un virus que obliga a empresas de todo el mundo a cerrar y que sumerge a las economías en la recesión. De modo que las lecciones del pasado quizá no tengan ninguna relación con esta situación.

¿Cuánto resistirá el virus?

En este momento, el coronavirus es el factor que más contribuye a la volatilidad del mercado. Esto supone un problema porque, por ahora, la pandemia es demasiado reciente para realizar predicciones concretas sobre lo que podría suceder en el futuro.

Parece que la mayoría de las principales economías del mundo están empezando a controlar el coronavirus. China y otras naciones asiáticas han recuperado prácticamente la normalidad; la eurozona y los EE. UU. pretenden flexibilizar las restricciones y crecen las exigencias de un plan posconfinamiento en el Reino Unido.

Pero cualquier retorno a la normalidad no será instantáneo, sino que se hará por fases. La forma que adopten esas fases —y la rapidez con que cada economía pueda irlas superando— tendrá un impacto significativo en los mercados financieros. Si las oficinas y los comercios minoristas aún no están completamente abiertos 12 meses después, las economías tardarán mucho más en recuperarse.

Además existe la posibilidad de una segunda ola de coronavirus, que podría causar daños a una escala mucho mayor que la primera. En esta eventualidad, el estímulo del gobierno podría no ser suficiente para evitar un desplome completo del mercado. El coste médico, también, podría ser muy importante; la segunda ola de la epidemia de gripe española de 1918 fue mucho más mortal que la primera.

¿Qué más pueden hacer los bancos centrales?

En la crisis financiera de 2008 se produjo un nuevo nivel de intervención monetaria de los bancos centrales. El Banco Central Europeo (BCE), la Reserva Federal (Fed) y el Banco de Inglaterra (BoE) redujeron los tipos de interés a nuevos mínimos históricos y se embarcaron en planes masivos de quantitative easing (QE).

Esas medidas condujeron a la prolongada senda alcista que precedió a esta crisis. Pero las consecuencias de la GFC fueron tan grandes que muchos bancos centrales seguían aún con los tipos de interés cero a principios de 2020. Cuando los tipos ya están cerca de cero, no queda mucho margen de maniobra si la recesión vuelve a golpear.

Tipos de interés

Los bancos centrales de todo el mundo respondieron rápidamente a la crisis del covid-19 recortando los tipos, pero a no ser que comiencen a utilizar tipos negativos, no les quedarán armas con las que luchar. Además, aún no existe consenso sobre hasta qué punto ha tenido éxito el QE para ayudar a estimular la recuperación de la crisis de 2008.

Hasta ahora, los gobiernos han intervenido para cerrar la brecha, anunciando enormes intervenciones para mantener el desempleo a raya y fomentar el gasto. Queda por ver si serán capaces de mantenerlo durante un largo período.

¿Cuál será la gravedad de las consecuencias?

El «nuevo lunes negro» del 9 de marzo de 2020 se produjo cuando los inversores se dieron cuenta de lo perjudicial que iba a ser el coronavirus para los negocios de todo el mundo. Las compañías de viajes se vieron especialmente afectadas, ya que se enfrentaron a meses de actividad escasa o nula. Las empresas de hostelería también se enfrentaron a la caída de los ingresos.

Los precios de las acciones se han estabilizado desde entonces, pero aún no sabemos cómo quedará el paisaje económico poscoronavirus.

Los primeros datos apuntan a duras recesiones en casi todas las principales economías. Esto puede coincidir con el coronavirus en cuanto a la interrupción de los negocios, pero por el momento, desconocemos la magnitud del problema. Algunos indicadores tempranos apuntan a la peor recesión mundial desde la Segunda guerra mundial.

Tampoco sabemos cuánto cambiará el mundo después del coronavirus. En Alemania, las pequeñas empresas han reabierto sus puertas, pero los consumidores parecen reacios a visitarlas. Una encuesta en EE. UU. reveló que dos tercios de los consumidores se sienten ahora incómodos al visitar un centro comercial. La política también podría cambiar después de que el coronavirus haya puesto de manifiesto la gran desigualdad del mundo.

¿Cuánto está perjudicando el petróleo a las acciones?

Quizá se hayan subestimado las repercusiones del grave desplome de los precios del petróleo a principios de año, a pesar de que los futuros del petróleo cayeron brevemente en zona negativa a principios de abril. Este movimiento sin precedentes se produjo cuando los inversores en futuros lucharon por resolver sus contratos antes de que vencieran, lo que significaba que tendrían que tomar posesión de las entregas.

Hasta ahora, la reacción de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ante la caída de los precios del petróleo ha sido insuficiente. El recorte de la oferta en casi un 10 % ha ayudado poco frente a la caída de la demanda, lo que puede explicar por qué el anuncio del recorte no logró mover mucho el precio del petróleo.

Para algunas empresas, incluyendo las mineras y aerolíneas, los bajos precios del petróleo son buenas noticias, pero la industria energética de Estados Unidos es un gran impulsor del empleo y el crecimiento de la economía. Según el Banco de la Reserva Federal de Kansas, hasta el 40 % de los proveedores de petróleo y gas de EE. UU. podrían quebrar si el petróleo no se recupera pronto, lo que perjudicará a la economía en su conjunto y actuará como un lastre de cualquier recuperación.

¿La crisis estaba pendiente desde hace mucho tiempo?

La pregunta final es si el coronavirus fue solo la chispa de una liquidación que ya era inevitable.

A principios de 2020, el S&P 500 estaba en la cima de la senda alcista más larga de todos los tiempos. En diez años, había crecido poco menos de un 200%. Las guerras comerciales, la ralentización del crecimiento económico y la caída de la confianza de los negocios no habían logrado mermar seriamente el optimismo de los inversores.

La historia nos dice que las tendencias alcistas tan extensas casi siempre van seguidas de un retroceso. Si los inversores tomaron el coronavirus como una oportunidad para una corrección de rumbo largamente esperada, puede pasar algún tiempo antes de que se vean de nuevo los máximos históricos.

¿Cuáles son los principales indicadores a tener en cuenta?

Cuando se monitorea cuánto tiempo puede durar la recuperación a partir de aquí, hay algunas áreas que se deben observar. En primer lugar, el modo en que el mundo está lidiando con el propio coronavirus. Luego, la forma en que se comportan las economías globales durante la crisis. Y finalmente, cómo les va a los mercados.

Indicadores del covid-19

Hay muchas maneras de controlar el modo en que progresa la respuesta al coronavirus. Lo más sencillo es seguir las cifras de infección y mortalidad comunicadas por la mayoría de los medios de comunicación, que permiten echar un vistazo a si el virus está bajo control.

Muchos gobiernos usan el factor «R» para decidir cuándo se pueden aliviar las medidas de confinamiento. La R mide cuántas personas serán infectadas con el virus por una sola persona. Si está por encima de uno, la infección se extenderá exponencialmente en condiciones normales. Si cae por debajo de uno, quizá ya no sea necesario aplicar medidas de cuarentena.

También vale la pena seguir el progreso de las diversas vacunas y curas. Si bien estas todavía parecen estar muy lejos, las noticias positivas pueden impulsar la recuperación global de las acciones.

Indicadores económicos

Por ahora, los indicadores económicos que hay que vigilar se refieren todos a la evaluación del posible tamaño de la inminente recesión mundial. Por tanto, hay que examinar con aún más detalle las publicaciones del producto interior bruto (PIB), ya que los inversores y analistas tratan de determinar qué países se verán más afectados. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pronosticado recesiones para casi todas las grandes economías, pero dice que el mundo podría volver a crecer el próximo año si el riesgo del coronavirus retrocede lo suficientemente pronto en 2020.

El empleo es también una importante medida que hay que vigilar. Estados Unidos y el Reino Unido registraron un número récord de nuevos solicitantes de prestaciones en los primeros meses de la crisis, casi un millón de británicos las solicitaron en solo dos semanas. La observación de los informes de empleo del Reino Unido y las nóminas de empleo no agrícolas de EE. UU. indicará si las cosas están mejorando o empeorando en las próximas semanas.

Por último, merece la pena seguir el estado de cualquier nuevo paquete de estímulos de los gobiernos. En Estados Unidos, el estímulo fiscal masivo reactivó los mercados de valores. Cualquier nuevo gasto podría tener un efecto similar.

Indicadores del mercado

Los indicadores técnicos pueden señalar si un mercado está a punto de recuperarse o si se vislumbra una nueva tendencia bajista.

El volumen suele utilizarse como un simple indicador del movimiento del mercado, en particular cuando se trata de detectar el final de una tendencia. En una tendencia a la baja, el menor volumen podría ser una señal de que los vendedores que han estado impulsando los precios a la baja se están agotando, lo que podría significar que los compradores están a punto de intervenir.

Recuperación acciones

El volumen se disparó en el S&P 500 cuando quebró, pero ha disminuido desde entonces. La renovación del trading podría confirmar otra tendencia bajista, o acelerar la recuperación.

Las bandas de Bollinger, por su parte, son útiles para vigilar la volatilidad. Se presentan en forma de dos líneas por encima y por debajo de la media móvil de un mercado. Esas bandas son la desviación estándar de la media móvil, que es una medida de la volatilidad. Si se ensanchan, es una señal de que el mercado está en un período de creciente volatilidad. Si se mantienen estrechas, el mercado está en calma.

También podrías seguir el índice de volatilidad (VIX). El VIX permite echar un vistazo al sentimiento de los inversores controlando cuántas opciones del S&P 500 se están comprando. Subió a mediados de marzo, pero desde entonces ha ido disminuyendo. Otra subida podría coincidir con nuevos mínimos en los índices bursátiles.

Con IG, puedes incluso abrir una posición sobre el próximo destino del VIX.

Más información sobre el trading con volatilidad

¿Hay que esperar a que el mercado toque fondo?

Hay escuelas de pensamiento, no obstante, que dicen que no tiene sentido esperar a que los mercados caigan hasta su punto más bajo antes de invertir. Y si vas a hacer trading, no tienes que esperar a que haya sendas alcistas para obtener beneficios.

Caída S&P 500

Lograr que las inversiones se ajusten perfectamente al momento en que se toca fondo es una hazaña difícil de llevar a cabo. Los indicadores pueden ofrecer una visión del movimiento de los precios, pero incluso a los inversores más experimentados les resulta difícil decir cuándo una senda alcista o bajista cesará con total seguridad.

Tras tener en cuenta el efecto de las crisis, las acciones superaron a las cuentas de ahorro, las acciones mundiales, los bonos del gobierno de Reino Unido y las carteras 50/50 de 2004 a 2019:

Las acciones salieron mal paradas por la GFC, pero aun así tuvieron mejores resultados a largo plazo. Si hubieras invertido en medio de la crisis, podrías seguir habiendo obtenido beneficios.

Así que en lugar de intentar controlar los tiempos de los mercados, sería mejor elegir algunas compañías que crees que ofrecen valor ahora y construir una cartera. O para abir una posición amplia sobre la recuperación del mercado, podrías operar en fondos cotizados (ETF).

Más información sobre inversión

Trading de mercados bajistas

Los inversores, por su parte, pueden ir corto en los mercados antes de que toquen fondo para obtener un beneficio en condiciones bajistas.

Con los CFD, por ejemplo, decides si compras o vendes un mercado al abrir una posición. De eta forma, puedes operar cuando creas que el precio de las acciones bajará, o incluso cubrirte contra las posiciones largas que tengas en tu cartera.

Más información sobre las operaciones en corto

Resumen de la recuperación del mercado de valores

  • El S&P 500 ha caído más de un 20% nueve veces antes en su historia
  • Si el S&P 500 se recupera del coronavirus a la misma velocidad que en otras crisis, podría volver a sus máximos históricos en unos dos años
  • Sin embargo, aún no sabemos si los mercados caerán más o continuarán recuperándose.
  • Aun así, no es necesario controlar los tiempos de los mercados para invertir en acciones y, además, es posible sacar partido de las tendencias bajistas abriendo posiciones en corto.
  • Abre una cuenta real para abrir una posición

*Antes de la creación del S&P 500 en 1957, Standard and Poor’s publicó un índice de 90 acciones, calculado diariamente, que se ha utilizado para la crisis de 1929 en este conjunto de datos.

Además del aviso legal que se presenta a continuación, el material de esta página no contiene un registro de nuestros precios de trading, ni una oferta de, ni una solicitud para una transacción en ningún instrumento financiero. IG no se hará responsable en ningún caso del uso que se pudiera hacer de estos comentarios o de las consecuencias que se puedan derivar. No se hace ninguna representación o se da garantía en lo relativo a la exactitud o la exhaustividad de dichas informaciones, por lo que toda persona que decida utilizarlo lo hará bajo su propia responsabilidad. Cualquier estudio que se proporcione no tiene en cuenta objetivos específicos, la situación financiera ni las necesidades de un sujeto concreto que haya podido recibirlo. No se ha preparado de conformidad con las disposiciones legales diseñadas para promover la independencia de los informes de inversión y como tal es considerada como una comunicación de marketing. Aunque no estamos específicamente constreñidos de operar con anticipación a nuestras recomendaciones, no buscamos sacar provecho de ellas antes de proporcionarlas a nuestros clientes. Consulte el aviso legal de análisis no independientes completo y nuestras recomendaciones de investigación no independientes.

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