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El “Black Friday” o “Viernes Negro” es el día que señala el inicio de las compras navideñas, un día que varias marcas y grandes almacenes aprovechan para ofrecer interesantes descuentos al consumidor final y así fomentar las compras. Se celebra un día después del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, es decir, el cuarto viernes del mes de noviembre.
Del mismo modo, el Black Friday y el porcentaje de ventas obtenido durante la jornada por las compañías retail, pueden hacer fluctuar a las bolsas. Las ventas en el más reciente “Cyber Monday” o “Ciber Lunes”, el lunes siguiente al Black Friday, también mantienen alerta a los inversores de las compañías tecnológicas.
Aunque el uso del término y su aplicación comercial comenzara en Estados Unidos, el Black Friday se ha extendido ya a nivel internacional y todo el mundo está pendiente de las ofertas lanzadas durante ese día. En España, el Black Friday se comenzó a implantar en 2012, cuando se liberalizaron los periodos de rebajas y este año tendrá lugar el viernes 25 de noviembre.
Aunque el origen del término Black Friday no esté muy claro, varias fuentes lo sitúan en Filadelfia. En esta ciudad se celebra todos los años un partido clave a nivel nacional: un partido de fútbol americano que enfrenta a las academias de la escuela Naval y de la Armada, llamado popularmente Army-Navy. Tradicionalmente, se celebraba el sábado después de Acción de Gracias. Para poder asistir, cientos de personas se desplazaban a la ciudad el día antes, por lo que quedaba totalmente invadida. Debido al caos que esto producía, los agentes de policía comenzaron a denominarlo Black Friday ya en los años 50, con tintes negativos para ellos.
A causa de la multitud que visitaba la ciudad, los comerciantes de la zona comenzaron a competir entre ellos para conseguir atraer al mayor número de compradores posible. Esto hizo que las ventas se dispararan y que esta acción se comenzara a replicar por todo el país.
A pesar de los intentos por cambiar el nombre, que recuerda no muy acertadamente a otros días famosos de la historia como el Jueves Negro que antecedió al Crac del 29, no ha sido posible hacerlo y el término ya se ha extendido por todo el planeta.
Un aumento o una caída en el consumo durante el Black Friday pueden hacer que las bolsas se muevan, convirtiéndose en una especie de termómetro de la confianza del consumidor. Por ejemplo, unas ventas sorprendentemente por debajo de lo esperado en 2013 constituyeron un factor negativo para los índices bursátiles estadounidenses.
Por otro lado, observamos cómo la presión que existe por llegar a objetivos y superar las ventas con respecto a años anteriores, sobre todo en establecimientos físicos, hizo que las acciones de compañías como Macy’s, Walmart o Gap cayeran alrededor del Viernes Negro de 2015. Las grandes apuestas en el mercado bursátil con relación al Black Friday y el Cyber Monday, por tanto, suelen ser compañías de venta online, como Amazon o Alibaba, que pueden permitirse ofertas más agresivas.
Con todo, no se puede establecer un patrón en torno a estas citas, pero sí que comienza a ser habitual que los inversores descuenten de antemano los posibles resultados y el incremento de las ventas.