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No se esperaba que fuera así. Se esperaba que el guion de las elecciones francesas fuera algo como esto: Marine Le Pen obtendría buenos resultados en la primera ronda, incluso quedando primera, mientras que un candidato de centro, Emmanuel Macron o François Fillon (seguramente el primero), sería el otro candidato para la segunda ronda, que se celebraría el 7 de mayo. Le Pen perdería entonces, ya que los votantes franceses se arremolinarían alrededor del candidato de centro, evitando que el Front National (FN) tomara la presidencia.
Pero ahora las encuestas reflejan mejores resultados para el candidato de izquierda Jean-Luc Mélenchon, con el margen de error dando a entender que tanto Fillon como Le Pen, Macron o Mélenchon podrían ser uno de los dos candidatos para la batalla final. Esta situación está empezando a poner nervioso al mercado, pues ya vemos el spread entre el bono francés y alemán a diez años marcando máximos de siete semanas. Lo que se suponía una competición predecible se ha convertido ahora en un concurso abierto. ¿Nos suena de algo?
Tanto Le Pen como Mélenchon quieren llevar a votación popular la pertenencia de Francia al euro y ambos son contrarios al proyecto de la UE, al menos en su forma actual. Una posible salida de Francia de la moneda única, y potencialmente incluso de la UE, desestabilizaría a los mercados con toda probabilidad, al menos en el corto plazo. La lección aprendida del Brexit y de la elección de Trump es que no deberíamos ponernos muy apocalípticos con nuestras predicciones. Incluso si uno de estos dos candidatos ‘poco convencionales’ llegara a ganar, le costará poner en práctica su manifiesto, ya que los cambios constitucionales complejos no pueden ser promulgados por orden presidencial. Requerirían la aprobación de las dos cámaras del Parlamento francés, en las que ninguno de los dos partidos, ni el Front National (FN) ni La France Insoumise (FI), tienen mayoría.
De todas formas, la lección del 2016 es que nunca se puede descartar ningún resultado, por poco probable que parezca. Una victoria tanto de Mélenchon como de Le Pen podría causar turbulencias en los mercados financieros. El euro, por ejemplo, haría frente a un movimiento a la baja frente al dólar estadounidense, a medida que los inversores se inclinasen por comprar divisa y bonos de EE. UU., como opciones seguras frente a la volatilidad. Los mercados de valores en la zona euro, que a menudo reciben impulso si la divisa cae, podrían en cambio verse afectados negativamente a medida que los flujos de capital comenzaran a moverse de Europa a los EE. UU.
También convendría vigilar el Oro: el valor refugio por antonomasia se vería reanimado tras una victoria sorpresa de Le Pen o Mélenchon. Por norma general, en un mundo en constante crecimiento económico, el oro no sería una opción, pero una victoria de un candidato fuera de los favoritos sería lo único que necesitaríamos para ver un amplio movimiento ascendente en el oro una vez más.